Las vacaciones navideñas han terminado y ha llegado la hora de volver al colegio. Sin duda, se trata de una etapa complicada que, si no se maneja adecuadamente, puede dar lugar a problemas de adaptación en los niños o incluso a una fobia escolar propiamente dicha. De hecho, algunos niños se muestran tristes, apáticos, irritables o incluso refieren síntomas neurovegetativos, como dolores de cabeza o de estómago.

Es perfectamente comprensible que después de las vacaciones navideñas y de haber vivido unos días de receso escolar donde se les permitía acostarse más tarde, comer a deshora y pasarse todo el día jugando, la vuelta al cole sea difícil ya que implica volver a una rutina con reglas más estrictas, muchas de las cuales no son divertidas. ¿Cómo enfrentar esta transición de la forma menos traumática posible?

Ir adaptando la rutina antes de regresar al colegio

Lo ideal es que cada vez que el niño salga de vacaciones, vayas adaptando la rutina los días antes de la vuelta al cole. De esta forma el cambio será menos brusco y la transición será mucho más suave. No se trata de que le levantes tan temprano como si tuviera que ir al colegio, pero no le permitas dormir hasta tarde porque el objetivo es que el primer día de escuela no remolonee demasiado. De la misma forma, es conveniente que le dediques al menos media hora a repasar los contenidos escolares, aunque no se trata de ponerle tareas sino de buscar actividades divertidas que permitan refrescar algunas de las materias.

Mantener la diversión unos días después de la entrada al cole

Pedirle al niño que cambie su rutina drásticamente tras las vacaciones navideñas es como pedirle peras al olmo. En vez de eso, intenta mantener algunas actividades divertidas aunque ya haya comenzado el colegio. Por ejemplo, puedes seguir llevándolo al parque infantil, programar una salida al cine o preparar alguna cena especial en casa. Se trata de mantener ese espíritu navideño unos días más, hasta que el niño se acostumbre por completo a su nueva rutina.

Dar un ejemplo positivo

Los niños aprenden mucho por imitación, escanean constantemente tus actitudes, toman nota y después las reproducen. Eso significa que si te quejas porque tienes que volver al trabajo, el niño también se quejará porque tiene que regresar al colegio. Si te lamentas porque tienes que levantarte temprano y dices continuamente que te gustaría alargar la época de Navidad para quedarte en casa, ¿cómo esperas que el niño esté contento ante la perspectiva de la vuelta el cole? Predica con el ejemplo y tu hijo te imitará.

Crear asociaciones positivas con la escuela

A menudo los niños se resisten a regresar al colegio porque rememoran solo los hechos negativos. Por ejemplo, recuerdan que deben levantarse muy temprano o que deben hacer los deberes cuando regresan a casa, en vez de jugar con los juguetes que le han traído los Reyes Magos. En ese caso, es misión de los padres resaltar los aspectos positivos de la escuela, como el hecho de que podrá volver a ver a sus amigos y jugar con ellos, que podrá retomar el entrenamiento deportivo o que aprenderá nuevas cosas de su materia favorita.

Ayudarle a centrarse

Quizás el niño ya era capaz de hacer los deberes escolares solo pero es conveniente que después de un periodo de receso, le ayudes a centrarse. Puedes sentarte a su lado y ayudarle con los deberes o revisarlos una vez que haya terminado. También es probable que tengas que recordárselos, pero hazlo sin añadir demasiada presión. Por ejemplo, puedes decirle que le permites jugar otros 10 minutos pero que después tendrá que sentarse a hacer los deberes.

Hablar con ellos de sus temores o inquietudes

Es fundamental escucharles, entender los temores e inquietudes que pueda tener el niño o la niña y nunca minimizarlos ni restarles importancia y ayudarles a verbalizar sus emociones.
De esta forma conseguimos que nuestro hijo nos pueda expresar qué es lo que más le
preocupa de volver al colegio o qué es lo que más esfuerzo les supone de volver a la rutina escolar. Consiste en animarle a hablar de ello y escucharle abiertamente sin enfados ni reñirle por nada que os cuente y a su vez hacerle ver al niño que la vuelta a la normalidad también tiene muchos aspectos positivos.

También es recomendable combatir algunas inquietudes que los niños pudieran llegar a
tener. Por ejemplo, si tu hijo te dice que no quiere volver al colegio porque tiene dificultades con
alguna asignatura, tranquilizarle con respecto a la posibilidad de buscar un profesor particular
o ayudarle de una manera más exhaustiva con esa asignatura en concreto.

Autor

Colegio Ruta de la Plata

Colegio bilingüe de Almendralejo y Centro Autorizado de Cambridge English.

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