ETAPA FINAL del Camino de Santiago (2 de Julio)

Dijimos adiós a Padrón después de un tremendo madrugón, en vistas de que nuestras zapatillas se enfrentaban a la etapa más larga y con más pendiente de las seis. 

Paso a paso íbamos dejando atrás multitud de pueblos y aldeas como de Cambelas, Areal o Montiño, pueblos con casas de piedra abiertas de par en par  que nos trasladaban a otra época. Entre una aldea y la siguiente, el camino lo configuraban altísimos árboles y unas calzadas muy adecuadas para nuestro propósito.

Fue una etapa con gran diversidad de paisajes: la mencionada parte urbana, vistas de la montaña y el precioso enclave natural que es en sí el bosque gallego, con su variedad de plantas y flores.

Tras la parada de avituallamiento, en esta ocasión en la ermita de San Martino, empezó a atisbarse la subida de la que tanto nos habían hablado.

Y no defraudó lo que ya sabíamos: nos tocaba subir y lo hicimos superando lo que se nos ponía en el camino. ¡Incluso algún valiente subió las cuestas corriendo!

Tal era la motivación que teníamos que los chicos hicieron que cambiáramos de planes y, en lugar de comer por el camino, hacerlo en Santiago, ya que estábamos devorando kilómetros más rápido que nunca y nos dimos cuenta de que llegaríamos a tiempo. 

El río Sar, con el que ya nos habíamos cruzado en alguna ocasión, nos daba la señal de nuestra proximidad al destino, y los nervios empezaban a florecer, sin embargo, conseguimos mantener el tipo y llegar todos juntos a la ciudad. 

La entrada a la plaza del Obradoiro fue de esas cosas que no se olvidan. Las risas nerviosas y las caras de emoción eran un reflejo de lo vivido estos días. Inevitable que a todos se nos erizara el vello ante semejante portada de la catedral, un momento que culminó con un emotivo aplauso y la foto de rigor todos juntos. 

De ahí nos fuimos a un restaurante, donde nos atendieron de forma excepcional y pudimos reponer fuerzas tras los 26 kilómetros de caminata. 

Una vez en el colegio La Salle, nos preparamos para salir, no sin antes hacer una actividad en grupo que nos sirvió como colofón a la convivencia de estos seis inolvidables días. 

Todavía nos daría tiempo de ir al centro de Santiago para cenar y disfrutar el ambiente de esta preciosa y acogedora ciudad.

El miércoles, tras la misa del peregrino y la entrega de Compostelas y credenciales, habrá concluido un proyecto que comenzó a fraguarse en la Semana de Extremadura del Ruta de la Plata, allá por marzo de 2018 en Los Barruecos, cuando se lanzó el guante para llevar a cabo esta aventura y nuestros chicos aceptaron el reto sin dudarlo.

Desde Santiago, estos peregrinos que escriben en nombre del Colegio Ruta de la Plata, quieren agradecer a los alumnos por su inmejorable actitud y disposición antes del camino y durante estos siete días. Y por supuesto también a sus familias, que siempre responden y ofrecen a sus hijos la posibilidad de viajar, conocer nuevos lugares y vivir experiencias inolvidables con nosotros, como la que ha supuesto este Camino de Santiago 2019.

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Autor

Colegio Ruta de la Plata

Colegio bilingüe de Almendralejo y Centro Autorizado de Cambridge English.

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