Amanecimos bastante soñolientos, tras un día de 14 horas de viaje, con furgoneta Erasmus incluida. El desayuno, muy abundante y variado, y el paseo hacia el colegio, muy agradable. Allí nos hicieron una bienvenida muy acogedora, con bailes, actuaciones deportivas. Todo muy emotivo y lleno de buenos deseos para esta semana. Continuamos con un tour muy completo por el colegio, que era una pasada (ya le pasaré el modelo a don Javier para que lo plagie). Tenía pista de atletismo, múltiples salas de tecnología y hasta un gimnasio con mancuernas. Además estaba repleto de referencias a Europa, a #ErasmusPlus y a todos los países socios. Pudimos comprobar además que hay varios alumnos venidos desde Ucrania.
La comida fue extraña para nosotros, ya que no estábamos habituados a ella, ni a que los polacos no acostumbran a beber agua, aunque la sopa típica polaca tuvo éxito entre la mayoría de la expedición española.
Tras ello, fuimos al palacio Mysliwski, donde Chopin compuso una obra muy emblemática. Allí se respiraba una atmósfera muy musical. Luego, tuvimos tiempo libre en un espacio natural muy chulo, con un lago, playa y un bosque precioso, donde estuvimos descansando mientras contemplábamos las preciosas vistas. Por supuesto, también hicimos muchos amigos; eran muy agradables. Sentimos una gran acogida y ya estamos planeando quedar alguna tarde con ellos. Por último, cenamos en un restaurante junto a nuestros compañeros rumanos y turcos, con los que estrechamos muy buenos lazos. Primer día de esta movilidad del proyecto #ScienceinOurHands terminada. Ya sólo tocaba descansar plácidamente en nuestra cama del hotel. ??
Gracias a Pablo Villarrubia por la crónica de hoy.
