Empezamos el día de manera totalmente enérgica levantándonos a las 5 de la mañana, con algún que otro incidente con los despertadores y llamadas a la puerta de la habitación de los que se le pegaron las sábanas.
Lo primero que hicimos fue recibir nuestras bolsas con el desayuno para cada los integrantes del proyecto #ScienceinOurHands. Tras recibir todos nuestras bolsas, nos montamos en el autobús y partimos hacia Lodz –ciudad que significa “barco” y tiene total de 19 ríos–, parándonos primero a tomar un descanso y desayunar en una gasolinera, lo que nos vino muy bien para activarnos y prepararnos para un día repleto de visitas a la tercera ciudad más grande en Polonia.
Cuando llegamos a Lodz, la primera parada fue Experimentarium. Aquí vimos unas cuantas demostraciones muy interesantes de las leyes de la física y otras tantas sobre la biología. Después, esperamos nuestro turno para entrar al láser tag, donde por rotunda paliza ganó el equipo español con Juan como MVP del partido. También hubo tiempo para más juegos y estrechamos lazos con nuestros compañeros de las distintas expediciones #ErasmusPlus.
El ejercicio intenso en el láser tag nos abrió el apetito y devoramos nuestro bocadillo antes de dirigirnos hacia un museo donde nos explicaron la interesantísima vida la familia Poznański, dueños de la fábrica –centro comercial en la actualidad– en la que hemos estado. También pudimos observar las formas de vida de la gente en Lodz en los siglos XIX y XX y aprendimos sobre ilustres personajes polacos como el pianista Artur Rubinstein, nacido en Lodz y ganador de un Oscar un Grammy y un Emmy. Tuvimos después algo de tiempo libre, que aprovechamos para comprar ropa, helados y entrar en una sala recreativa.
La última visita del día fue en este caso al museo de la factoría de telas, donde nos explicaron cómo funcionaban las máquinas que antes utilizaban y cómo estaba organizada esta ciudad, que un día fue puntera en la industria textil y que generó grand riqueza a los habitantes de la zona.
Jornada larga y provechosa que culminamos en Ostrow Wielkopolski con la intensa búsqueda de un restaurante que nos gustase a todos y una agradable velada con profesores y alumnos. Una vez en el hotel, nos fuimos a nuestras habitaciones para recargar pilas ante un día intenso como el que nos espera mañana.
